En medio de una visita oficial, ocurrió un hecho inédito: la Reina Isabel II asistió, junto a Felipe de Edimburgo, a una cena privada en la casa del presidente. Aquí, la historia.

Tras una estadía en Brasil, en noviembre de 1968 la Reina Isabel II de Inglaterra visitó nuestro país en el marco de un viaje oficial. Por una semana, una intensa agenda la llevó a diferentes actividades protocolares en las ciudades de Santiago y Valparaíso, y también tuvo la oportunidad de descansar en la sureña localidad de Pucón. Un itinerario que se vio modificado imprevistamente, y que se escapaba de todo lo que hasta entonces se había preparado para las visitas oficiales: la Reina asistió a una cena de carácter privado en la residencia particular del mandatario chileno.

Esta cena en la casa de Frei Montalva fue un acontecimiento como pocos en la historia de las recepciones oficiales de autoridades extranjeras a nuestro país. Rara vez una visita de Estado es recibida en las residencias privadas de los presidentes y mucho menos una monarca de la estatura mundial de la Reina Isabel II.

Una particular salida de protocolo

La idea fue de Mariano Fontecilla, encargado de protocolo de la época, quien propuso al Presidente Frei esta singular actividad en reemplazo de otra que representaba algunas dificultades logísticas.

Blinis rellenas de centolla, beef Wellintong y mousse de chocolate fueron la base de la cena preparada con mucha dedicación por el renombrado gastrónomo chileno Hernán Eyzaguirre Lyon. Entre los comensales se encontraban la pareja real −Isabel II junto a Felipe de Edimburgo−; el Presidente Frei Montalva y la Primera Dama María Ruiz-Tagle, junto a su hija Irene; el entonces ministro de Relaciones Exteriores Gabriel Valdés y su esposa Sylvia Soublette; y los embajadores Frederick Mason y Víctor Santa Cruz con sus respectivas señoras.

A las 20 horas Su Majestad y Su Alteza Real, llegaban a Hindenburg 683 en la comuna de Providencia. Sin presencia de la prensa por tratarse de una comida privada, la Reina y su esposo compartieron con el pequeño grupo de asistentes un cóctel a modo de aperitivo en el living de la casa y luego la cena en el comedor.

A 50 años de una cena irrepetible

Como señaló Mariano Fontecilla en la inauguración de la exposición conmemorativa “Links That Last”  en Casa Museo Eduardo Frei Montalva, con motivo de los 50 años de la visita de Isabel II a Chile, se trató de “una cena única y que podía dar conocimiento de cómo es un Jefe de Estado normal y corriente en nuestra Nación y como se ventila sin palacio y sin nada. Era un golpe también de ejemplo, de que supieran que en este país había un Presidente que tenía un plan de austeridad y seriedad, no sólo en el decir, sino que en el actuar y en su vida propia”.

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