En este mes de agosto, en que nos dedicamos a resaltar el valor de la infancia en la sociedad, compartimos con ustedes un poco sobre la representación que de ellos hace el pintor Pedro Lira, uno de los artistas visuales chilenos más reconocido en la escena pictórica nacional, en su obra “Retrato de niña”.

Como hemos mencionado en ocasiones anteriores, buena parte de las obras que componen la colección de pintura de Casa Museo Eduardo Frei Montalva pertenecen a una etapa en que los artistas se mantienen apegados mayormente a los cánones académicos que se enseñaban en aquel entonces en las diferentes escuelas de bellas artes donde se formaron o en las que los pintores se desempeñaron como maestros y/o directores.

Tal es el caso de Pedro Lira (1845-1912), considerado por la historiografía clásica como uno de los maestros de la pintura en Chile, fue discípulo de Alessandro Cicarelli y Antonio Smith,[1] aprendió el oficio en nuestro país y tuvo la oportunidad de perfeccionarse en Europa. Se le conoce por su estilo fiel a lo academicista, muy apegado a las normas artísticas, sobre todo a las del romanticismo, pero que abordó una amplia variedad de temáticas en sus cuadros y muchos de ellos se encuentran hoy exhibidos en museos chilenos y otros espacios.[2]

“Retrato de niña” es una pequeña muestra del estilo del pintor, nos presenta a una figura femenina con su cabeza inclinada hacia la izquierda del espectador, con sus ojos cerrados en una actitud que podríamos describir como adormilada. Viste ropas simples de color negro que la cubren hasta la nariz, haciéndonos pensar que probablemente no pertenezca a los sectores acomodados de la sociedad por la sobriedad de su atuendo; lleva su cabello castaño recogido de forma sencilla y por la falta de detalles en el fondo pareciera haber sido retratada frente una pared de adobe.

Retrato de niña, Pedro Lira

“Retrato de niña”, Pedro Lira. Un cuadro que destaca por la delicadeza para retratar la niñez.

El bastidor, orientado verticalmente, es de un formato pequeño, está trabajado en óleo con trazos finos sobre la tela, en colores muy sobrios, pero con un gran trabajo de luces y sombras principalmente en el rostro.  Toda la austeridad de la pintura contrasta fuertemente con el gran marco de madera dorada con motivos vegetales que la rodea, haciendo que la obra en sí destaque justo en el centro de la pieza completa, haciendo destacar el ambiente íntimo y humilde que inspiró al artista para hacer este retrato.

De esta obra en particular llama la atención la delicadeza con la que el artista retrata la infancia. La niña del cuadro se muestra al espectador rodeada de un aura sobrecogedora, pues la actitud con la que Lira nos la presenta hace pensar inevitablemente en que la pequeña pareciera buscar abrigo del frío entre sus ropas. Además, los colores y trazos usados por el pintor hacen que sus ojos cerrados destaquen, sobre todo si prestamos atención a sus largas pestañas, rasgo que añade dulzura a este rostro infantil que hoy se exhibe en un espacio de Casa Museo al que curiosamente los integrantes más pequeños de las familias rara vez entraban, pues como era costumbre en las casas antiguamente el living era una habitación que se reservaba solo para ocasiones especiales o para recibir visitas.

Si bien, en la época en la que vivió y pintó Pedro Lira, las temáticas relacionadas con los sectores populares no eran abordados por los artistas visuales a modo de crítica social, este tipo de piezas nos ofrece una perspectiva sobre miembros de la sociedad que en general no suelen aparecer en los libros de historia, de aquellos habitantes desconocidos de cuyos nombres no tenemos registro y que sólo es entendida como esa masa llamada de forma genérica el pueblo, como en este caso una niña.[3] Así, aun cuando el artista no pretenda dejar testimonio de la infancia o de los sectores populares, a más de un siglo de haber sido realizada, esta obra es más que un retrato de niña, es también un retrato social.

[1] Museo Nacional De Bellas Artes. Pedro Lira. Artistas Visuales Chilenos. Disponible en https://www.artistasvisualeschilenos.cl/658/w3-article-39929.html

[2] Antonio Romera. Historia de la Pintura Chilena. (Santiago: Editorial Zigzag, 1968).

[3] Museo Nacional de Bellas Artes. El bien común. (Santiago: Museo Nacional de Bellas Artes. 2018).

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