En esta entrega del espacio de análisis artístico de la Galería EFM, titulado Tras la pincelada, exploraremos una de las obras de la colección de pintura de Casa Museo EFM plasmada por un curioso y aventurero francés que se asentó en Chile y Argentina a mediados del siglo XIX, asombrado por sus paisajes y costumbres.

La colección de pintura de Casa Museo Eduardo Frei Montalva está compuesta por obras de tendencias y épocas artísticas diversas, desde aquellas más academicistas propias del siglo XIX, hasta algunas representativas de las vanguardias del siglo XX.

Dentro de este espectro de las artes visuales que abarca nuestra colección, se encuentran obras tanto de artistas chilenos, como de extranjeros que visitaron nuestro país, o bien, que pasaron largas temporadas de residencia en Chile, haciendo eco en sus obras de las tendencias que por ese entonces se desarrollaban en nuestro país. Tal es el caso que invitamos a explorar en esta ocasión.

Ernest Marc Jules Charton Thiessen de Treville nació un 22 de marzo de 1816 en Francia, fue hijo de artistas y hacia la década de 1840 pasó un primer período viviendo en Chile. Desde aquí, se aventuró a conocer el resto del continente americano, para luego regresar a nuestro país, donde permaneció por 15 años[1].

“Escena de Campo”, Ernst Charton de Treville. Colección de pintura de Casa Museo Eduardo Frei Montalva.

Durante su estadía en Chile el artista mantuvo un constante interés por la política, la sociedad y el mundo popular, aspectos que se fueron reflejando tanto en sus obras pictóricas, como en algunos  de sus escritos, donde plasmó sus impresiones y opiniones respecto de la nación que le albergaba.

De la colección de pintura de Casa Museo, el cuadro titulado “Escena de Campo”, es de aquellas obras que siguen la corriente paisajista que predomina en el siglo XIX, pero con el estilo propio de Charton de Treville, quien se acerca más a la pintura como relato social, histórico o costumbrista, como se suele llamar, al incorporar elementos que forman parte de la vida cotidiana, alejándose de las escenas naturalistas donde los paisajes suelen adquirir cierto carácter contemplativo, y que resaltan como piezas decorativas en los salones de la alta sociedad.

Esta obra trabajada al óleo sobre una bastidor de entramado medio, nos muestra una calle de lo que sería un típico caserío chileno del siglo XIX, situada a los pies de los cerros, se aprecia un entorno propio del paisaje de la zona central,  entre casas de adobe, algunos álamos y  otros árboles típicos. Por la altura de los cerros, los colores y la ausencia de nieve, la escena nos evoca aquellos asentamientos cercanos a la Cordillera de la Costa, especialmente los que encontramos entre Santiago y Valparaíso, paisaje que fue recurrente inspiración de los artistas visuales en nuestro país durante el siglo XIX.

Dominan la obra los colores ocres, salvo en el cielo de un azul claro con presencia de algunas nubes. Las pinceladas son bastante finas, formando una delgada capa de pintura que deja ver el entramado de la tela. Esta pieza se completa con un tradicional marco de madera de color dorado y tallado con motivos vegetales y la firma de su autor en la esquina inferior izquierda.

Al adentrarnos en la escena que nos ofrece el artista, se nos presenta lo que parece ser una celebración típica de esta zona de nuestro país, las “carreras a la chilena”. Justo en el medio del cuadro, podemos apreciar a dos jinetes a todo galope sobre sus monturas y a los costados del camino un buen número de espectadores, entre los que encontramos hombres y mujeres de diferentes edades, sentados, de pie o a caballo, alentando a los jinetes en competencia o simplemente compartiendo entre ellos. Llama la atención cómo, a pesar de la simpleza de los trazos con los que el artista trabaja el componente humano y animal de su obra, estos adquieren movimiento y dan vitalidad a la escena, logrando transmitir al espectador la algarabía del momento y el ambiente festivo general.

Sin dudas, esta pieza de nuestra colección es una excelente invitación a conocer las tradiciones populares de la sociedad chilena del siglo XIX tras la pincelada de Ernest Charton de Treville, quien tras pasar 15 años en Chile se trasladó a Argentina en 1870, donde vivió los últimos años de su vida.


[1] Museo Nacional De Bellas Artes. Ernest Charton. Artistas Visuales Chilenos. Disponible en https://www.artistasvisualeschilenos.cl/658/w3-article-39928.html#bibliografia

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